Quizá esto ya lo sabíais pero acabo de darme cuenta de que la ultima entrada de este vuestro blog es exactamente del día que empezaba el verano. Y sí, vuelvo justo el día que termina.
Hoy voy a tardar más en escribir porque desde que el verano comenzó, un gato negro ha llegado a completar mi caótica vida y cada tres segundos pasa por encima del teclado con sus cuatro patas. Le es completamente indiferente que lo aparte, le diga que eso no se hace o lo amenace con las llamas del infierno, así que he de encajar el hecho de que acabaré de escribir esta entrada el 31 de Diciembre.
Y es que tengo muchas cosas que contaros. Hoy vamos a hacer una Poke Cake y os hablaré de las bondades de consumir verduras congeladas. Pero no cualquier verdura. No.
¿Cuáles son las ventajas de las verduras congeladas? os preguntaréis, hay muchísimas y, la que a mí más me emociona es que podemos conseguir cualquier verdura fuera de temporada. Siempre están frescas, se congelan tras su recolección evitando una maduración excesiva. No pierden propiedades o vitaminas, las conservan gracias al proceso de ultracongelación. Ya están cortadas, peladas y listas para su uso. No se pierden en la nevera con dos yogures y un plátano, su vida es enormemente larga. Y, como hoy, no necesitaremos apenas descongelarlas; las zanahorias baby son un producto fantástico y difícil de encontrar, su sabor dulce y suave las hace ideales para postres.
Podéis encontrar toda la información necesaria en la página de ASEVEC.
Se os ocurre Carrot Cake, ¿verdad? pues hoy rizaremos el rizo y prepararemos un pastel espectacular y muy fácil. Y, de propina, una mermelada de zanahoria y naranja que nos resultará ideal también con platos salados como una buena carne o incluso para untar en las tostadas del desayuno.
¿Qué cosa es y cómo se hace un Poke Cake? Como su nombre indica, es una tarta agujereada, para tal particular utilizaremos un objeto romo y circular, lo apañáis con el mango de un batidor de varillas. Procurad que los agujeros sean profundos, practicad la prospección hasta abajo, y de un tamaño considerable, como la cabeza de una chincheta, así el líquido elemento podrá penetrar al gusto y se observarán los colores y texturas al cortar el pastel.
Para el pastel,
-250 gr de mantequilla a temperatura ambiente.
-300 gr de zanahorias y manzana (una manzana mediana y un par de zanahorias, pesar hasta completar los 300 gr)
-270 gr de azúcar.
-Un puñado generoso de nueces.
-Una cucharada de canela.
-Unos 16 gr de levadura.
-300 gr de harina.
-3 huevos M.
Para la mermelada,
-200 gr de zanahorias baby-
-La piel de media naranja.
-El zumo de medio limón.
-100 gr de azúcar.
Para la cobertura,
-Medio kilo de queso tipo mascarpone.
-150 gr de azúcar glass.
Preparar primero la mermelada. Con una batidora de mano, hacer un puré con las zanahorias baby y la piel de naranja. Añadir el limón y el azúcar y poner al fuego hasta que espese. Reservar.
Preparar el pastel batiendo muy bien la mantequilla con el azúcar. Añadir los huevos uno a uno. Preparar un puré con las zanahorias y la manzana, descorazonada pero sin pelar. Puede hacerse con una batidora manual. Añadir a la masa anterior. Incorporar la harina, canela y levadura. Finalmente las nueces. Hornear en molde de 23 cm desmontable forrado con papel de hornear. Hornear unos 45 mn a 180º con calor arriba y abajo.
Cuando aún esté caliente, y aún en el molde, practicar los agujeros por su superficie. Añadir un poco de agua a la mermelada y verter sobre el pastel dejando que los agujeros se impregnen bien. Dejar enfriar en el molde por completo. Puede llevarse al frío.
Preparar la crema de queso batiendo juntos los dos ingredientes y colocar sobre el pastel frío al gusto.